LA COSTUMBRE

Sin lugar a dudas, uno de los temas más trascendentes del país es el de la seguridad pública, se cuenta con varias fuentes con datos sobre la inseguridad como:  INEGI, ONG´s, derechos humanos, secretaría de seguridad pública, etc…en donde en la mayoría de los casos, los índices delictivos van a la alza y digo la mayoría de los casos puesto que la información aunque proviene de distintas fuentes, puede presentarse de diversas maneras para que parezca más grave o menos grave de lo que en realidad es, pero no tomemos en cuenta esos datos duros por el momento, revisemos nuestra ciudad de León como ejemplo y enfoquémonos solo en ella.

            Hace algunos años recuerdo cuando sucedía algún robo o asalto, nos enterábamos porque le había pasado: «al vecino, del primo, de un amigo que estuvo con nosotros en la escuela o en el trabajo» por poner un ejemplo, posteriormente se comenzó a reducir a: el vecino, del primo de un amigo, y así sucesivamente eliminando a los intermediarios hasta llegar a nuestro amigo,  algún familiar o hasta nosotros mismos.

            Suele decirse que «percepción es realidad», pero que pasa cuando esta «realidad» de la cual hace referencia la percepción nos alcanza? cuando el robo a casas, negocios o asaltos nos sucede a nosotros o algún familiar cercano?; definitivamente es grave en cualquiera de los casos (ya sea lejano o no); pero la percepción cambia drásticamente cuando atenta directamente a nuestros familiares o gente cercana a nosotros, nos sentimos impotentes, molestos, decepcionados, vulnerables y violentados, pero conforme pasa el tiempo y escuchamos anécdotas de otras personas que les ha sucedido lo mismo o casos similares, nos damos cuenta que el sentir y la tendencia son semejantes, al principio desacuerdo e impotencia, pero con el tiempo entramos a un estado de pasividad donde parecía ser que nos empezamos a «acostumbrar» a estos sucesos que atentan contra la tranquilidad a la que toda persona tiene derecho. 

            Tanto la seguridad, como la inseguridad pública no es exclusiva de alguna zona geográfica por lo menos en nuestro país, lo que ayer era seguro hoy dejo de serlo y viceversa, me pregunto entonces que nos separa a las zonas seguras, de las inseguras, de las medianamente seguras?; que nos exenta de que nuestra ciudad caiga en extremos? creo que el camino empieza por acostumbrarnos a que los índices de inseguridad crezcan y empiecen a considerarse «típicos», o situaciones tales como: mallas eléctricas, guardaespaldas, alarmas, cuartos de pánico, vidrios blindados, circuito cerrado de monitoreo, entre otros. Definitivamente nadie está en contra de hacer uso de ellos para aumentar nuestra seguridad, pero más que las soluciones a corto plazo que dan estos complementos, son las soluciones en paralelo a largo y mediano plazo para disminuir la inseguridad, como las ya tan mencionadas políticas públicas necesarias para fomentar el deporte y más espacios para practicarlo, mejorar la calidad y cobertura de la educación y salud, más empleos y mejor remunerados, que requieren de la coordinación de lo federal, estatal, municipal e iniciativa privada, la pregunta sería: tendremos que acostumbrarnos a considerar típica la inseguridad en nuestra ciudad de León o podremos revertir esta tendencia negativa? 

creado 2015

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